domingo, 30 de octubre de 2011

Anorexia, Bulimia y otras dietas

La Bulimia

Es una enfermedad que aparece más en las mujeres que en los hombres, y que normalmente lo hacen en la adolescencia y dura muchos más años.
Las personas que padecen de Bulimia, poseen una baja autoestima y sienten culpa por comer demasiado, suelen provocarse vómitos, ingieren laxantes y realizan ayunos, debido a esto, presentan oscilaciones bruscas del peso corporal.
El comportamiento bulímico se observa en los enfermos de anorexia nerviosa o en personas que llevan a cabo dietas exageradas, pero la bulimia no produce perdidas de peso exagerada.

Los sintomas:

-Se hacen dietas para mejorar el aspecto fisico
-Se sienten deseos muy fuertes de comer alimentos dulces y ricos en grasas
-Aparecen sentimientos de ira, cansancio, ansiedad, soledad o aburrimiento que provocan ingestas
-Despues de una comida se siente culpa o se recurren a distintos metodos para expulsar la comida ingerida (vomitos, laxantes...)
-Ansiedad o compulsion para comer
-Vomitos
-Abusos de medicamentos laxantes o diureticos
-Seguimientos de diversas dietas
-Deshidratacion
-Alteraciones menstruales
-Ascensos y descensos bruscos de peso
-Aumento de caries dentales

La anorexia

Las personas que padecen de anorexia tienen una imagen distorsionada de su cuerpo ( se ven gordos, aun cuando presentan un estado de extrema delgadez.).
Generalmente la pérdida de peso se consigue mediante una disminución de la ingesta total de alimentos. Aunque los anoréxicos empiezan por excluir de su dieta todos los alimentos con alto contenido calórico, la mayoría acaba con una dieta muy restringida, limitada a unos pocos alimentos, acompañado  muchas veces por ejercicio físico excesivo.

Los sintomas:

-Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo normal para la edad y talla.
-Adopción de dietas, que dan a la persona enferma sentimiento de poder y control.
-Posee un único objetivo, “ser delgado”.


-El carácter es hostil e irritable.


-Sobreviene la depresión.
-Realización de actividad física intensa.



-Miedo intenso al aumento de peso o a ser obeso incluso con peso inferior al normal.
-Distorsión de la apreciación del peso, el tamaño o la forma del propio cuerpo.
-En las mujeres, ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos en el plazo previsto (amenorrea primaria o secundaria).













Tratamientos de la anorexia:


-Psicoterapia.

-Terapias comportamental.

-Medicamentosa.

-Familiar hiperalimentación.

Tratamientos de la Bulimia:

-Psicoterapia individual, de grupo o familiar
-Orientacion nutricional

Los objetivos más importantes del tratamiento son la corrección de la mal nutrición  y la resolución de las disfunciones psíquicas del pacientes y su familia.
Las dietas

Las dietas milagro, también llamadas yoyó (el peso se recupera con la misma rapidez que se ha perdido), son aquellas que establecen un régimen hipocalórico severo a fin de conseguir una pérdida de peso más o menos rápida. Hay muchas: las basadas en un solo alimento (la de la alcachofa, la manzana, la sopa de verduras, el melocotón...), las disociadas (que diferencian entre tipos de alimento según su composición), las cetogénicas (pobres en hidratos de carbono)..., todas ellas apoyadas en la reducción drástica del consumo de calorías, prometiendo adelgazar mucho en muy poco tiempo.

Pero los milagros no existen: perder tres kilos en una semana no es sinónimo de adelgazar. La pérdida de volumen en este tipo de dietas no está relacionada con la pérdida de grasa, sino con la de agua y músculo.

Este efecto, denominado efecto rebote, puede darse con cualquier dieta en la que no se sigan unas directrices de mantenimiento, y es especialmente severo en las dietas milagro debido a su contundencia. No se trata de estar a dieta toda la vida, sino de mantener a raya los kilos, mejorando nuestra nutrición día a día: aprender a comer sano, respetando todos los componentes de la pirámide nutriciona.

-Dieta de la alcachofa: Tres días con alcachofas te permite adelgazar 3 kilos. La alcachofa te ayuda a adelgazar, aporta alrededor de 49 calorías por 100 gramos. Es rica en fibra que obstaculiza la absorción de grasas y azúcares, favoreciendo el vaciado intestinal.

Esta dieta no ha de excederse más de tres días.
No es adecuada para embarazadas o mujeres que están dando de mamar (la leche sale con gusto amargo), tampoco para adolescente ni para personas que estén pasando por un proceso depresivo o están convaleciente de alguna enfermedad. Tampoco se recomienda para personas que desean perder más de 10 kilogramos.

-La dieta de la manzana: Existen diversas versiones de la dieta de la manzana. La siguiente es la versión estricta y se caracteriza por ser una dieta desintoxicante que debe realizarse durante cinco días.

Resultados de la dieta de la manzana

Con la dieta de la manzana lo primero que bajarás será el abdomen y la cintura. Es probable que a veces salga un poco de acné debido a la desintoxicación. En algunas ocasiones puede presentarse un leve dolor de estómago debido al cambio de alimentación.

Después de terminar la dieta de la manzana debe evitarse la carne de cerdo y las grasas porque el estómago queda totalmente limpio.



































 


El cancer

El Cáncer, el cual es un agente causante de muertes a nivel mundial, lo constituye todo tumor maligno que se caracteriza por una multiplicación anormal y desordenada de células, las cuales tienen la característica de invadir los tejidos (metástasis).
El principal atributo de los tumores malignos es su capacidad de diseminación fuera del lugar de origen. La invasión de los tejidos vecinos puede producirse por extensión o infiltración, o a distancia, produciendo crecimientos secundarios conocidos como metástasis. La localización y vía de propagación de las metástasis varía en función de los cánceres.

El cáncer, que puede originarse a partir de cualquier tipo de célula en cualquier tejido corporal, no es una enfermedad única sino un conjunto de enfermedades que se clasifican en función del tejido y célula de origen. Existen varios cientos de formas distintas, siendo tres los principales subtipos:
-Los sarcomas proceden del tejido conectivo como huesos, cartílagos, nervios, vasos sanguíneos, músculos y tejido adiposo.
-.Los carcinomas proceden de tejidos epiteliales como la piel o los epitelios que tapizan las cavidades y órganos corporales, y de los tejidos glandulares de la mama y próstata. Los carcinomas incluyen algunos de los cánceres más frecuentes.
En el tercer subtipo se encuentran las leucemias y los linfomas, que incluyen los cánceres de los tejidos formadores de las células sanguíneas. Producen inflamación de los ganglios linfáticos, invasión del bazo y médula ósea, y sobreproducción de células blancas inmaduras.

EL CANCER NO ES CONTAGIOSO

Es muy importante el hecho de que muchos de los agentes que se consideran cancerígenos son manejables por el hombre.Con este fin se deben tomar medidas como las siguientes:
  • No fumar
  • Evitar exponerse al sol por tiempo prolongado (especialmente personas de piel blanca o sensible).
  • Mantener una adecuada higiene genital.
  • Controlar el consumo de bebidas alcohólicas. Evitar los excesos de bebidas.
  • Una dieta adecuada, rica en fibras vegetales, frutas y baja en grasas.
  • En los grupos de lato riesgo como lo son los trabajadores de ciertas industrias, se deben tomar las precauciones adecuadas para protegerlos y mantener un control médico periódico.
  • Evitar la exposición a radiaciones (Rayos X, etc.) pues a la larga pueden causar trastornos.
En sus primeros estudios se puede decir que el 50% de los tumores malignos son curables, de aquí la importancia del diagnóstico precoz.

Africa y su pobreza

África, con una población aproximada de 900 millones repartidos en 54 estados diferentes es la zona más pobre del mundo. Según el Banco Mundial, 34 de los 48 países con menor nivel de vida del planeta pertenecen a este continente y sus umbrales de pobreza han empeorado en los últimos 25 años.
En la actualidad, la realidad africana es dramática. Más de 300 millones de personas viven con menos de un dólar al día, 30 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición y el 43% de la población no tiene acceso al agua potable.
El Banco Mundial informa de que entre 1981 y 2001 los pobres se duplicaron, pasando de 164 a algo más de 300 millones de personas, y en países como Burundi y Etiopía, la renta per cápita es de menos de 90 dólares. Incluso en países con mayor riqueza, como Gabón y Botswana, las bolsas de indigentes son notables.

Escasez de recursos

La zona subsahariana, que alberga una población de unos 700 millones de personas, tiene por contra la mayor proporción de desposeídos del mundo. El informe de Objetivos del Milenio subraya que el número de personas que subsisten con menos de un dólar se eleva a 313 millones. En 1990 era de 227 millones.
En algunos países, la extracción de petróleo y gas natural ha permitido un rápido crecimiento económico.

Mujeres enfermas

La esperanza de vida se ha rebajado de 49 a 46 años a consecuencia, principalmente, del sida. África registra el 70% de los casos de sida del mundo, con más de 2,2 millones de muertes al año y cada vez con mayor proporción de mujeres infectadas. En Botswana, Lesotho y Swazilandia esta enfermedad afecta más del 25% de la población.
Otro problema importante es la escasez de agua, situación agravada por los frecuentes períodos de sequía y la mala administración de los recursos hídricos.
La sequía y sus consecuencias, tales como hambrunas y enfermedades, y el deseo de encontrar una vida mejor, ha estimulado la emigración. Casi 500.000 africanos han abandonado anualmente el continente durante los últimos cinco años. La ONU estima que alrededor de 17 millones de africanos viven fuera de su lugar de origen.
Europa se ha convertido así en el principal destino de muchos de ellos. En el caso de España, la inmigración procede principalmente de la costa occidental que no exceden de 700 dólares y sus esperanzas de vida no alcanzan más de 60 años.

Erwin Schrödinguer

Nacido el 12 de agosto de 1887 el físico austriaco, compartió el Premio Nobel de Física del año 1933 con Paul Dirac por su contribución al desarrollo de la mecánica cuántica. Ingresó en 1906 en la Universidad de Viena, en la cual  permaneció, hasta 1920. Sirvió a su patria en la Primera Guerra Mundial, y en 1921, se trasladó a Zurich, donde residió los seis años siguientes. 
La ecuación de Schrödinger arroja como resultado funciones de onda, relacionadas con la probabilidad de que se dé un determinado suceso físico, tal como puede ser una posición específica de un electrón en su órbita alrededor del núcleo.
En 1927 entró en contacto con algunos de los científicos más distinguidos del momento, entre los que se encontraba Albert Einstein.
En 1933, decidió abandonar Alemania ante el auge del nazismo y de la política de persecución sistemática de los judíos. Durante los siete años siguientes residió en diversos países europeos hasta que en 1940 en el Dublin Institute for Advanced Studies de Irlanda, permaneció hasta 1956, año en el que regresó a Austria como profesor de la Universidad de Viena.

jueves, 20 de octubre de 2011

La historia del SIDA

Ya han pasado años desde que explotó la epidemia del sida, por los años 80 y, sin embargo, continúa debatiéndose cuál fue el origen de esta enfermedad. Esta polémica ha suscitado teorías para todos los gustos. Algunos han dicho que se trató de una conspiración de la CIA, otros culpan al error de algún laboratorio de ingeniería genética que dejó escapar al virus. Para otros incluso, el sida es una mentira inventada por partes interesadas y el VIH no existe.
 En la actualidad existen pruebas científicas suficientes como para afirmar con certeza que el sida es una enfermedad producida por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).


Eran los años 70 y la liberación sexual estaba en su apogeo. Siguiendo esta corriente, la comunidad gay de algunos países había decido salir a la calle y mostrarse sin complejos. En ciudades como San Francisco o Nueva York proliferaban los garitos donde además de copas y música se consumía sexo sin restricciones.
Según investigaciones de aquella época, en una sola visita a estos locales se producían una media de 2,7 contactos sexuales. Proliferaron entonces las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y era frecuente encadenar o padecer a la vez gonorrea, sífilis, herpes genital y toda una ristra de enfermedades asociadas a la promiscuidad. Sin embargo, no fue suficiente para modificar los hábitos sexuales de la época. Eran tiempos felices y la mayoría de estos problemas se arreglaban con antibióticos.
Fue en este escenario cuando en junio de 1981 se comunicó, en una revista científica, el primer caso de neumonía en un paciente homosexual.
Esto, aparecía sólo en sujetos inmunodeprimidos, es decir, sin capacidad para defenderse de las infecciones y de algunos tumores. En pocos meses se describieron casos similares en otros países occidentales, fundamentalmente europeos, y cundió la alarma.

Se multiplicaron los casos de enfermedades pocos comunes entre sujetos jóvenes. Eran sobre todo infecciones, difíciles de tratar y que acababan matando a los pacientes. Pronto fue evidente que se trataba de una epidemia.

Sin embargo, una vez descrito el cuadro de inmunodeficiencia, comenzaron a comunicarse nuevos casos en sujetos no homosexuales: fundamentalmente adictos a las drogas intravenosas, hemofílicos y sujetos procedentes de la isla caribeña de Haití. En enero de 1983 se describió el primer caso de transmisión heterosexual. 

Corría todavía el año 1981 cuando esta enfermedad fue bautizada con el nombre de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o sida, un término que hace referencia a la situación de falta de defensas que sufrían los pacientes y al hecho de que se adquiriese durante la vida, ya que hasta aquel momento la mayoría de los casos de inmunodeficiencia aparecían al nacer, o bien en pacientes que estuviesen recibiendo quimioterapia para el cáncer. 

Era el protagonista de todas las revistas científicas: una nueva enfermedad, desconocida hasta entonces. Sin embargo, el agente causante de la misma continuaba siendo un misterio. El sida era una condena de muerte segura, no había método eficaz para controlar las infecciones que sufrían los pacientes y tampoco era posible prevenirla o curarla porque no se conocía su causa.

La importancia de conocer el origen del sida va más allá de la curiosidad. Su conocimiento exacto puede ser clave para el desarrollo de la vacuna y de tratamientos más eficaces.
Una vez que se supo que el VIH era el responsable de la enfermedad, algo que está científicamente demostrado, la pregunta del millón era conocer de dónde había salido este nuevo virus.

El célebre ‘Paciente 0’ de dónde pareció partir la epidemia en los primeros momentos, se trataba de Gaetan Dugas un auxiliar de vuelo homosexual y extremadamente promiscuo que reconoció haber tenido más de mil compañeros sexuales. A partir del VIH aislado en su sangre se identificaron, investigando a pacientes de todo el mundo, a más de 40 casos de VIH de idénticas características, repartidos por multitud de países que tenían en común además el haber compartido sexo entre ellos. Contribuyó indudablemente a extender la enfermedad por todo el mundo, algo que ocurrió en un tiempo récord, pero también ayudó a reconocer que la enfermedad era muy contagiosa.

Los primeros análisis del material genético del VIH mostraron que tenía una tremenda similitud con el SIV (virus de la inmunodeficiencia del simio), una familia de virus que afectaban a monos del centro de África donde también empezaron a identificarse casos de sida casi desde el principio. En la actualidad, gracias a estudios genéticos que han comparado el material de ambas familias de virus(humano y del mono), está aceptado por la comunidad científica que el VIH es un descendiente del agente viral que afecta a los monos.



Sólo quedaría cómo pudo el virus ‘saltar’ en el centro de África, desde el chimpancé hasta el ser humano.
Pues, de forma similar a lo que hacen estos primates al cazar y comer monos más pequeños, una actividad que les trasmitió el virus, también los habitantes humanos de estas zonas de África son cazadores habituales de grandes simios. Para los indígenas de esta región del planeta, la carne de mono es un alimento más que pueden conseguir mediante la caza y de hecho lo consumen frecuentemente.
Durante las cacerías es más que frecuente que el animal acorralado pueda producir heridas, mordiscos o arañazos por donde habría penetrado el virus. Otros mecanismos posibles de transmisión al hombre serían al comer su carne o al mantener algún tipo de contacto sexual con estos animales.

Es probable que nunca sepamos la fecha exacta; lo que sí está claro es que en algún momento de la mitad del siglo XX, la infección del ser humano por el VIH se convirtió en el terrible cuadro epidémico que tan bien conocemos y denominamos sida.
















































Webgrafia:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/especiales/2004/01/sida-historia/index.html

sábado, 15 de octubre de 2011

La longevidad (CMC)

La ciencia se está planteando si existe un límite biológico de la vida o si la mejora de las condiciones de vida pueden derrotar al envejecimiento. La realidad es que la esperanza de vida no ha dejado de crecer desde 1840 y que nada indica que pueda detenerse. Antes al contrario, lo que se desprende de esta evolución es que las condiciones de vida están modificando los condicionantes genéticos, sin que la sociedad esté debidamente preparada para asumir las consecuencias de lo que ha dado en llamarse la “longevidad científica”.

Geriatras, demógrafos, biólgogos y genetistas están inmersos en un acalorado debate sobre los límites de la longevidad, toda vez que la duración de la vida ha perdido los límites para la ciencia: cada vez que se fija una edad teórica de supervivencia humana, los datos empíricos la superan.

El último episodio de esta polémica lo ha aportado el profesor de Biología Evolutiva en la Universidad de California, Michael R. Rose, investigador de los genes responsables de la longevidad.

Michael R. Rose y otros colegas acaban de publicar en la revista “Physiological and Biochemical Zoology” un artículo, Late Life: A New Frontier for Physiology, en el que plantean que hemos llegado a un nuevo estadio de la evolución de la especie, en el cual la así llamada madurez se caracteriza porque termina el deterioro físico asociado a la edad.

Señala que las mejoras médicas y de la calidad de vida han aumentado las expectativas vitales de las personas y evitado defunciones “prematuras” programadas por la naturaleza. Añade que esta madurez ha surgido después de que las fuerzas de la selección natural, que afectan tanto a la fertilidad como a la mortalidad, hayan dejado de tener un impacto determinante sobre nuestra especie. 

La polémica surge porque, en teoría, la longevidad máxima de una especie es algo predeterminado biológicamente y que está por tanto al margen, tanto de la estructura por edades de la población, como de las mejoras de las condiciones materiales de vida que retrasan la mortalidad.

Su conclusión se basa en una evidencia: a medida que mejora la duración media de la vida y la pirámide de población se va agrandando en la cúspide, los casos comprobados de longevidad extraordinaria son cada vez más numerosos.

Supercentenarios

Los datos que soportan la polémica sobre la longevidad, respecto a la evolución de las expectativas de vida, son más que elocuentes. En Estados Unidos, la media de vida está situada hoy en los 76 años de edad, frente a los 47 años de 1900. Uno de cada ocho norteamericanos es hoy mayor de 65 años, una proporción que se estima pasará de uno a cinco en 2030.

Los mayores de 85 años es el sector de población que más crece en Estados Unidos, donde ya hay 120.000 personas que tienen más de 100 años. 

En Canadá, el porcentaje de la población mayor de 65 años es hoy del 13%, pero pasará al 21% en 2026. En Japón, la esperanza de vida era de 76-78 años de edad en 1950 y hoy es de 85 años para las mujeres, lo que se cree será la media de los países industrializados en 2050. La mayoría de las personas del mundo que hoy tiene más de 110 años son japoneses.

China tendrá 470.000 centenarios antes del año 2050, contra los 7.000 que tiene en la actualidad. De aquí a 2036, más del 20% de su población superará los 65 años de edad. India será el país más poblado en 2050, antes incluso que China, momento en que la media de vida en este país se situará en los 74 años de edad. 

En Pakistán, que alcanzará también esa expectativa de vida en el mismo año, los mayores de 60 años serán 4,7 veces más numerosos en 2050, pasando de los 9,3 millones actuales a los 44,1 millones.

Hay una novedad importante en esta panorámica, recogida en los anales del Congreso Mundial sobre Población que tuvo lugar el año pasado en Tours: si los países desarrollados llevan constatando la creciente longevidad desde hace décadas, los países en desarrollo van a experimentarla de una forma todavía más brutal: las proporción de personas mayores aumentará en estos países dos veces más deprisa que en los países industrializados.

Thailandia es un buen ejemplo: hoy sólo el 7% de la población tiene más de 60 años, pero en veinte años más será el 14% de su población la que sea sexagenaria. Algunos países desarrollados han tardado más de un siglo en alcanzar esa cifra, lo que desvela la magnitud del fenómeno y siembra la duda respecto a la capacidad de estas sociedades para acoger este creciente segmento de población.

De todas formas, tampoco es posible generalizar: en África austral la esperanza de vida ha caído espectacularmente debido al sida, mientras que la mortalidad infantil está estancada en el África subsahariana. En Mozambique la esperanza de vida no llega a los 34 años. Son las dos caras de la moneda.

Esperanza de vida

El desconcierto por esta evolución es enorme. Por un lado debido a nuestro desconocimiento respecto a la esperanza de vida máxima que podemos atribuir a un ser humano. Según la naturaleza, una persona libre de enfermedades y en condiciones de vida normales y naturales, ¿cuánto podría vivir?

La verdad es que no lo sabemos con certeza. Los demógrafos calculan constantemente esta esperanza de vida, pero sus previsiones son desmentidas por la realidad cada cierto tiempo.


¿No hay límites?

El indicador más corriente para medir la duración de la vida humana es la media observada en un momento determinado de una población, que señala la esperanza de vida de un niño en el momento de nacer.

En dos siglos y medio, la esperanza de vida al nacer ha pasado de menos de 30 años a los 80 años en los países desarrollados. En gran parte esta evolución se debe a los paralelos progresos médicos y sanitarios, pero la duda surge respecto a si existe un límite natural de la vida, impuesto por los genes, o si bien no existe límite biológico alguno para la extensión de la vida humana.

Lo que sabemos al respecto es que la longevidad de cada especie viva está contenida en su patrimonio genético: una mosca vive tres días, un ratón, tres años, una ballena azul, 80 años, una secuoya, 4.000 años, una tortuga marina, 200 años, una persona al menos hasta 122 años, si nos atenemos a la experiencia de Jeanne Calment, la francesa que ostenta el récord de mayor longevidad humana demostrada.

La experiencia de Jeanne Calment es ilustrativa, pero no concluyente porque la diversidad de patrimonios genéticos individuales impide pensar que todo el mundo está en condiciones de vivir ese tiempo: teóricamente, algunos podrían incluso superar esa edad extrema.

Control del envejecimiento 
En los países desarrollados, la emergencia de grupos de personas con más de 110 años de vida comenzó en los años ochenta. Una vez que se alcanzan los 110 o 112 años de edad, las probabilidades de morir no crecen: son las mismas para el año siguiente. Se habla incluso de que la esperanza de vida puede duplicarse en este siglo.

Jim Oepen y James Vaupel han señalado al respecto en la revista Science que la esperanza de vida progresa en línea recta desde 1840 y que mejora cada cuatrimestre hasta hoy, lo que supone la más destacada regularidad jamás observada. Consideran que no hay ninguna razón para pensar que esta línea pueda detenerse en algún momento.

Longevidad científica 

La longevidad interesa también a los Estados, que necesitan planificar con certeza sus políticas respecto a la tercera edad, tanto para regular las pensiones como la mejor edad de la jubilación y otras cuestiones asociadas.

La longevidad interesa especialmente además a la medicina, la biología y a la genética, que promete próximas revoluciones capaces de proporcionarnos la longevidad extrema: nuestros hijos podrían no morir jamás.




 Cosas interesantes:
http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/medicina_salud/issue_31075.html?rc=1
http://www.muyinteresante.es/el-secreto-de-la-longevidad-se-esconde-en-la-isla-de-pascua
http://www.publico.es/ciencias/397617/adios-a-la-molecula-de-la-longevidad

Antibióticos: importancia histórica (CMC )

Sir Alexander Fleming y la penicilina
Sir Alexander Fleming (1881-1955), bacteriólogo y premio Nóbel británico, se hizo famoso por el descubrimiento de la penicilina. Nacido en Escocia, se formó en la Facultad de Medicina del St. Mary's Hospital de la Universidad de Londres, donde trabajó como catedrático de bacteriología desde 1928 hasta 1948, año en que fue nombrado profesor emérito.
Fleming desarrolló importantes investigaciones en los campos de la bacteriología, la quimioterapia y la inmunología. En 1922 descubrió la lisozima, un antiséptico natural presente en las lágrimas, las secreciones corporales, la albúmina y ciertas plantas. El descubrimiento de la penicilina tuvo lugar accidentalmente en 1928 en el curso de sus investigaciones. Al observar que un moho que contaminaba una de sus placas de cultivo había destruido la bacteria cultivada en ella, sentó las bases para el desarrollo de la terapia con penicilina
Fleming fue nombrado sir en 1944. En 1945 compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con los científicos británicos Howard Walter Florey y Ernst Boris Chain por sus contribuciones al desarrollo de la penicilina.

¿ Qué son los antibióticos?
Se denomina Antibiótico , a cualquier compuesto químico utilizado para eliminar o inhibir el crecimiento de organismos infecciosos. Una propiedad común a todos los antibióticos es la toxicidad selectiva: la toxicidad hacia los organismos invasores es superior a la toxicidad frente a los animales o seres humanos. La penicilina es el antibiótico más conocido, y ha sido empleado para tratar múltiples enfermedades infecciosas, como la sífilis, la gonorrea, el tétanos o la escarlatina. La estreptomicina es otro antibiótico que se emplea en el tratamiento de la tuberculosis. En un principio, el término antibiótico sólo se empleaba para referirse a los compuestos orgánicos producidos por bacterias u hongos que resultaban tóxicos para otros microorganismos. En la actualidad también se emplea para denominar también compuestos sintéticos o semisintéticos. La principal categoría de antibióticos son los antibacterianos, pero se incluyen los fármacos antipalúdicos, antivirales y antiprotozoos.

Historia de los antibióticos
El mecanismo de acción de los antibióticos no ha sido conocido de forma científica hasta el siglo XX; sin embargo, la utilización de compuestos orgánicos en el tratamiento de la infección se conoce desde la antigüedad. Los extractos de ciertas plantas medicinales se han utilizado durante siglos, y también existe evidencia de la utilización de los hongos que crecen en ciertos quesos para el tratamiento tópico de las infecciones. La primera observación de lo que hoy en día se denominaría efecto antibiótico fue realizada en el siglo XIX por el químico francés Louis Pasteur, al descubrir que algunas bacterias saprofíticas podían destruir gérmenes del ántrax. Hacia 1900, el bacteriólogo alemán Rudolf von Emmerich aisló una sustancia, capaz de destruir los gérmenes del cólera y la difteria en un tubo de ensayo. Sin embargo, no eran eficaces en el tratamiento de las enfermedades.
En la primera década del siglo XX, el físico y químico alemán Paul Erlich ensayaron la síntesis de compuestos orgánicos capaces de atacar de manera selectiva a los microorganismos infecciosos sin lesionar al organismo huésped. Sus experiencias permitieron el desarrollo, en 1909, del salvarsán, un compuesto químico de arsénico con acción selectiva frente a las espiroquetas, las bacterias responsables de la sífilis. El salvarsán fue el único tratamiento eficaz contra la sífilis hasta la purificación de la penicilina en la década de 1940. En la década de 1920, el bacteriólogo británico Alexander Fleming, que más tarde descubriría la penicilina, encontró una sustancia llamada lisozima en ciertas secreciones corporales como las lágrimas o el sudor, y en ciertas plantas y sustancias animales. La lisozima presentaba una intensa actividad antimicrobiana, principalmente frente a bacterias no patógenas.
La penicilina, el arquetipo de los antibióticos, es un derivado del hongo Penicillium notatum. Fleming descubrió de forma accidental la penicilina en 1928; esta sustancia demostró su eficacia frente a cultivos de laboratorio de algunas bacterias patógenas como las de la gonorrea, o algunas bacterias responsables de meningitis o septicemia. Este descubrimiento permitió el desarrollo de posteriores compuestos antibacterianos producidos por organismos vivos. Howard Florey y Ernst Chain, en 1940, fueron los primeros en utilizar la penicilina en seres humanos.
La tirotricina fue aislada de ciertas bacterias del suelo por el bacteriólogo americano René Dubos en 1939; fue el primer antibiótico utilizado en enfermedades humanas. Se emplea para el tratamiento de ciertas infecciones externas, ya que es demasiado tóxico para su utilización general. Los antibióticos producidos por un grupo diferente de bacterias del suelo denominadas actinomicetos han resultado más eficaces. La estreptomicina pertenece a este grupo; fue descubierta en 1944 por el biólogo americano Selman Waksman y colaboradores; es efectiva en el tratamiento de muchas enfermedades infecciosas, incluidas algunas contra las que la penicilina no es eficaz, como la tuberculosis.
Desde la generalización del empleo de los antibióticos en la década de 1950, ha cambiado de forma radical el panorama de las enfermedades. Enfermedades infecciosas que habían sido la primera causa de muerte, como la tuberculosis, la neumonía o la septicemia, son mucho menos graves en la actualidad. También han supuesto un avance espectacular en el campo de la cirugía, permitiendo la realización de operaciones complejas y prolongadas sin un riesgo excesivo de infección. Se emplean igualmente en el tratamiento y prevención de infecciones por protozoos u hongos, especialmente la malaria (una de las principales causas de muerte en los países en desarrollo). Sin embargo, los avances han sido pocos en el campo del tratamiento de las infecciones virales. Existen fármacos para el tratamiento del herpes zoster o de la varicela. Se está realizando una intensa labor investigadora para encontrar un tratamiento eficaz para la infección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), con incidencia mundial en la actualidad.